Siguiendo los consejos del NHS del Reino Unido, te recomendamos que prepares la leche de fórmula de tu pequeño fresca cada vez, justo antes de alimentarlo. Sin embargo, existen algunos trucos que pueden ayudarte a acelerar el proceso de preparación de la leche de fórmula. Puedes guardar agua del grifo recién hervida en un termo, que mantendrá el agua estéril y a más de 70 grados hasta que necesites preparar un biberón. Sólo tienes que asegurarte de que el agua no esté demasiado caliente, incluso después de varias horas en el termo. También puedes medir previamente la leche artificial en polvo utilizando un dosificador de leche artificial en polvo. También puedes asegurarte de que todos los biberones están lavados y esterilizados al principio del día. Mantén todos estos elementos juntos en una estación de preparación de la leche artificial en tu cocina. Prepararás un biberón en un abrir y cerrar de ojos!

Los biberones se preparan en un abrir y cerrar de ojos.

Si has preparado una toma y la has guardado en el frigorífico, debes utilizar la leche de fórmula en un plazo de 24 horas. Aunque los bebés pueden tomar la leche de fórmula a temperatura ambiente o incluso fría, es posible que quieras calentar el biberón antes de dárselo. Para ello, coloca el biberón en un recipiente con agua caliente durante un máximo de quince minutos. Siempre debes comprobar la temperatura del biberón poniendo unas gotas en el interior de tu muñeca: el líquido debe estar templado pero no caliente. Nunca utilices el microondas para preparar las tomas, ya que podrían producirse escaldaduras debido a las bolsas de calor que se forman en la leche al calentarse en el microondas.

La leche materna debe estar siempre tibia, pero no caliente.

Consulta nuestra popular guía sobre cómo preparar la leche de fórmula aquí.

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