La leche de fórmula en polvo no está esterilizada; por lo tanto, aunque las latas y los paquetes de leche de fórmula en polvo estén sellados, a veces pueden contener bacterias nocivas que podrían enfermar a tu bebé. El agua que no ha sido hervida también puede contener bacterias y, como el sistema inmunitario de un bebé no es tan fuerte ni está tan desarrollado como el de un adulto, esto significa que los bebés son mucho más susceptibles a enfermedades e infecciones. Por lo tanto, una buena higiene es muy importante a la hora de preparar un pienso.

Siguiendo las directrices del Servicio Nacional de Salud, recomendamos utilizar siempre agua hervida (que se haya enfriado al menos a 70 ºC) para preparar la leche de fórmula del bebé. El proceso de ebullición elimina las bacterias nocivas que pueda haber en el agua o en la leche de fórmula en polvo. Se recomienda llevar a ebullición al menos un litro de agua y después dejar que se enfríe, pero no más de 30 minutos, para que se mantenga a una temperatura de al menos 70 ºC.

Preparar la leche de fórmula para el bebé.

No utilice agua hervida varias veces, ya que el equilibrio de minerales del agua previamente hervida puede no ser adecuado para preparar la alimentación con leche de fórmula.

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